La moda casi siempre la definen los jóvenes, en Holguín, Cuba o el mundo. Me estoy refiriendo a ropa, calzado, accesorios, o modos de llevar el pelo, o el pantalón.
Me encantaría conocer el momento justo en el que comienza una moda. El instante preciso en el que una pieza se hace popular. A veces me río muchísimo cuando un diseñador sale por la TV diciendo que para el año que viene el color que va a predominar es el azul, o que el blanco no se deberá llevar con rojo. Hablan como si realmente pudieran definir un fenómeno tan azaroso y espontáneo.
La moda es como el mar de leva, primero una fuerza se arrastra silenciosa por debajo del agua y cuando llega a la orilla, rompe en una ola gigantesca de cinco o seis metros, como si saliera de la nada, y arrasa con todo a su paso. Algo similar sucede con la moda, al principio dos o tres personas comienzan a usar un tipo de ropa, y el resto observa como desde atrás de una cortina, sin atreverse a opinar por no ponerse en ridículo. Pasado un tiempo prudencial, los más audaces siguen a los primeros, y finalmente el resto sale de atrás de la cortina, y se presenta con el nuevo estilo.
También tiene que ver con la industria. La fiebre comienza en el momento en el que se abaratan los precios y el producto llega a la mayoría.
Los holguineros somos como esponja para las modas foráneas. Quizás porque no tengamos un tronco identitario fuerte o porque la globalización cultural golpea a todos por igual. Es cierto que ya no podemos diferenciar a un colombiano de un español por el modo de vestirse, existe una homogeneidad pasmosa en todo el orbe en cuanto a este tema. Así que probablemente, al hablar de lo que usamos los holguineros hoy, estemos haciendo referencia a lo que usan los jóvenes de ambos hemisferios. Ya me dirán ustedes.
En estos momentos definitivamente se esfumó la campana en los pantalones de mujer, quien no los lleve recortados al “tubo” no está en onda; pero no se trata del “tubito” que se usaba antes de las campanas, este es extremadamente pegado al cuerpo, dibujan muy bien la forma de las piernas. Sin embargo, en cuanto a las blusas, se usan piezas más despegadas del cuerpo, en una forma que algunos llaman bombache o bombillo. Este es un estilo que también se usa en shortes.
Estoy percibiendo una línea muy radical, con los pantalones bien subidos, pero aún no se estandariza.
En cuanto al calzado de mujeres, ahora el último grito son unas sandalias al estilo de las que se usaban en Roma, de hecho, algunas las llaman “romanas”.
Otros las llaman “yaclaudias”, por una serie muy popular que se estrenó en las décadas del 80´ ó 90´en Cuba y que se retransmitió hace unos años, titulada “Yo Claudio” sobre la vida del césar romano.
En los chicos lo más radical del momento es un corte de pelo al que llaman “Magua” por el personaje que hace West Studi en el filme “El último de los mohicanos” de Michael Mann.
El estilo emo, está dejando sus huellas en algunos jóvenes, pero la fiebre ha pasado un poco.
Amigos, esto es todo, los invito a que comenten y enriquezcan este pequeño reportaje…
Chelydoscopio 
Hola Aracelys, me susta tu pagina y lo que dices sobre los holguineros. Es cierto, no hay una tradicion muy fuerte en esa ciudad y las cosas foraneas entran como agua, sin resistencia.
Me pregunto si la palabra «identitario» esta bien usada en este contexto. Pero en todo caso encuentro muy interesante tu blog. Way to go!